¿Alguna vez has pensado que es muy injusto que mientras eres generoso, tienes siempre buena disposición para ayudar a los demás, te desvives por tu pareja o tus hijos o eres un amigo incondicional, aun así, las personas que más quieres no son recíprocas contigo, situación que conlleva una gran cantidad de emociones negativas, entre ellas decepción, tristeza o ira?
Puedes leer: Autoestima, ¿qué es y para qué sirve?
Pues bien, es importante comprender que el primer lugar a donde debemos mirar si algo así nos ocurre es hacia nosotros mismos. El enojo o la inseguridad que nos causa considerar que los demás no nos corresponden como deberían o no agradecen todo nuestro esfuerzo causa un deterioro en nuestra autoestima, y puede que nos sintamos cada vez más inseguros y dejemos de valorarnos nosotros mismos.
Table of Contents
¿Por qué no nos sentimos valorados?
Muchas veces, creemos que siempre que actuamos, lo hacemos acorde con el cariño o el amor que tenemos para los demás, y nos convencemos de que allí radica la causa única de nuestra generosidad con ellos. Pero no siempre es así y debemos empezar por ahí. Muchas veces el motor que nos impulsa, sin saberlo, es otro.
Gran parte de los estudios sobre la Teoría del apego (Bowlby y Ainsworth, por mencionar algunos) han explicado los efectos de una crianza inadecuada en la vida adulta. Este enfoque de la psicología supone que cuando se ha establecido un vínculo de apego inseguro las consecuencias permanecen incluso en nuestras relaciones durante la adultez. Es decir, si crecimos inseguros respecto al afecto o atención que podíamos recibir de nuestros padres o principales acompañantes, posiblemente allí aprendimos a intentar, por todos los medios, a obtener y mantener atención y aprecio.
También te recomendamos: ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra autoestima? Cinco pasos para comprendernos y valorarnos
Esa actitud y conducta aprendida suele manifestarse en el tipo de vínculos que establecemos con nuestros amigos o pareja ya siendo adultos. Por lo tanto, es frecuente el temor al abandono o al rechazo, el abandono de las propias necesidades o deseos por complacer a otros o el miedo a no sentirse queridos. Entonces, lo que creemos que damos por cariño o amor, muchas veces no es una entrega desinteresada, sino una que busca recibir algo de vuelta. Esa entrega no sería genuina, sino que partiría de un temor o una angustia causada por aquella conducta que tuvo origen en el vínculo formado en la infancia, defectuoso, y que nos enseñó a relacionarnos de forma equivocada.
¿Qué debemos hacer?
Así, no sentirnos valorados puede deberse a que, dada esa inseguridad temprana que aprendimos, no nos valoremos a nosotros mismos. Pero eso tiene solución, porque el valor propio no depende de cuánto recibimos de los demás, sino de aquello que no recibimos y hemos, incluso, aprendido a dar. Nadie da de lo que no tiene, y, si hemos dado, no cabe duda de que tenemos en cantidad y que nuestro valor es mucho. Solo que a veces no lo vemos. ¿Qué es el valor propio y por qué es importante?
- Enseñar a los demás: Debemos saber también que cada cosa que hacemos enseña a los demás cómo nos deben tratar. Por lo tanto somos quienes decidimos nuestro valor y se lo enseñamos a los demás. Cuando somos excesivamente complacientes, estamos siempre disponibles para los otros o damos de más, les comunicamos que nuestro tiempo no es valioso, que nuestras opiniones no importan o que están por encima nuestro. Estar conscientes es, sin duda, de gran ayuda.
- Amor propio no significa egoísmo: Y no solo es válido sino que es saludable considerar nuestro bienestar en primer lugar. Y la mejor manera de valorarte es comprender tus deficiencias, las heridas de infancia, trabajar en comprenderlas y sanarlas y, a medida que esto ocurra, empezarás a ver cuán importante eres y lo mucho que vales.
- Nunca dejes de escucharte a ti mismo: esto es esencial para comprender lo que quieres, lo que necesitas y lo que debes aprender para satisfacer tus necesidades y deseos. En consecuencia, aprenderás a decir no y a poner límites en tus relaciones.
Te puede interesar: ¿Cómo decir 'no' de manera asertiva?
--- Replace: 17-01-2023 --- us.tungchinguyen.com discovered a further article Siento que no me valoran. Cómo superarlo from the web site www.veronicadesanmartin.com for the key phrase siento que no me valoran.
¿Estás enojada, triste o frustrada porque los demás no te valoran? Si es así, es importante que aprendas a hacerte preguntas potenciadoras y aprender cómo ganar autoestima.
Que no te valoren puede suceder en cualquier ámbito de tu vida: en tu relación de pareja, con tus hijos, con tu ámbito laboral, o con tu familia de origen. En realidad, dá igual. Lo que sabemos es que causa mucho dolor y no nos sentimos felices cuando no conseguimos reconocimiento.
Pero esto es algo que bien puede trabajarse desde una misma porque seguir buscando en el afuera puede ser muy engorroso y desalentador. Al ultimate puede ser que nunca consigamos eso que tanto esperamos (¡y necesitamos!).
Pedirle al entorno (a nuestros amigos, pareja, hijos, jefe o quien sea) es muy positivo, esto habla de poder reconocer lo que necesitamos y ser asertivos en conseguirlo. ¿Pero qué sucede cuando el pedido no es escuchado o ninguneado? ¿Vale la pena seguir haciendo un esfuerzo tan grande para terminar agotadas e infelices?
Quiero invitarte a mirarlo de una manera diferente que te ayude a sentirte mucho mejor.
Mirar para atrás
Muchas veces, cuando hablo con alguien, escucho que dicen: “el pasado ya pasó, yo voy para adelante”. Lo que está muy bien. Sin embargo, no mirar para atrás puede dejarnos sin comprender que sucedió y para qué hoy tengo estas actitudes emocionales de sentir que no me valoran. No mirar para atrás también puede significar que prefiero no hacerme cargo de nada y por lo tanto, sigo un poco en yo voy para adelante, en realidad, esquivando lo que hay que resolver.
Mirar para atrás significa poder comprender y luego tomar decisiones y acción. Algunos creen que mirar hacia atrás será revolver lo que no se puede cambiar, todo lo contrario, es cierto que los hechos pasados no pueden cambiarse, pero sí comprenderse para poder optar por algo diferente.
Si estás pidiendo comprensión, escucha, mirada, atención, valoración, respeto o lo que quiera que sea en tu caso podés empezar a mirar un poquito para atrás y ver que algo de esto que estás pidiendo ya lo pedías de pequeña y no estaba. Quizás la nota de la escuela nunca period suficiente, o aunque period suficiente siempre se esperaba más o si llegaba el 10 o el sobresaliente, después de todo period nuestra obligación cumplir con la escuela. Nunca alcanzaba.
Si cuando period pequeña pedía una cierta ropa, juguete, salida o lo que sea y me decían que no, quizás entendí que no period tan valiosa para recibir mis deseos y pedidos.
Entonces, mirar para atrás sólo será para poder comprender un poquito en profundidad y ahora poder decidir.
¿Qué es lo que hoy pido y sufro porque no lo recibo?
¿De qué manera estaba eso presente en mi infancia?
Cuando quedamos atados al dolor
Cuando seguimos pidiendo y pidiendo que el otro tape nuestro agujero emocional, ese que se configuró cuando éramos pequeñas, además de sufrir nos quedamos vacías, expectantes y dolidas. Y además, siempre va a llegar una persona que nos haga vivir esa situación una y otra vez.
Observalo. Tu suegra te hace revivir eso, tu pareja también, uno de tus hijos te lo recuerda cada día, tu jefe que no te entiende, un vecino y el verdulero. ¿Cómo puede ser? Y sí, cada uno de ellos cumple un papel en el engranaje de tu existencia.
A algunos quizás se lo pedimos explícitamente, a otros, no se lo pedimos pero nos sigue molestando que justamente hagan lo contrario.
¿Cómo se parece esta persona a quien no me valoraba, atendía, miraba de pequeña?
Ganar autoestima
Ya nos estamos dando cuenta que todo esto viene de hace mucho tiempo y acá valdría la frase “voy para adelante” porque si me quedo en el barro mucho no voy a poder avanzar.
Por eso, el pasado tiene que servir como trampolín para poder generar lo nuevo, observo, miro, tomo consciencia me hago cargo y tomo decisiones nuevas.
La primer decisión que tengo que tomar es:
¿Quiero salir de este agujero negro?
Estoy segura que acá dijiste que sí, y le vas a tener que agregar la siguiente pregunta
¿Estás dispuesta a hacer las cosas diferentes?
Entonces vas a tener que dejar las excusas de lado, porque al otro no vamos a poder cambiarlo. Quizás el otro lo haga pero por el momento no nos interesa. Tendremos que hacernos la pregunta clave:
¿Estoy dispuesta a darme a mí misma esto que el pido a los demás?
Entonces ahora la flecha que salía para afuera, vuelve para adentro y me reto a mi misma a darme AMOR, ATENCIÓN, MIRADA, ESCUCHA, VALORIZACIÓN, PRIORIDAD.
Hasta tanto no entendamos que cuando pedimos tanto afuera (y además esto aparece a cada paso en nuestra vida) es porque falta adentro, no podremos construir esa autoestima que tanto necesitamos. Porque si sentimos que no nos valoran, es porque nosotras tampoco lo hacemos.
Ojalá este submit despierte un poquito más el amor por vos misma y lo que mereces.
Nos vemos en la próxima. Un gran abrazo,
Verónica
Pero antes de irte, quizás sea una buena concept que descargues mi E-book GRATUITO Cómo aprender a soltar el management, en el que voy a compartir con vos y en el que vas a aprender los primeros pasos para gestionar esta emoción que tantos inconvenientes nos aporta y que tanta relación guarda con la autoestima.
¿Querés más contenido cómo este? Te invito a mi pink social favorita. ¿Te veo en INSTAGRAM?